Recuperación de edificios históricos, eficiencia energética y medio ambiente
La recuperación de edificios históricos constituye un acto sostenible en sí mismo, por la reutilización del patrimonio construido existente en las ciudades generando un mínimo impacto en su entorno a través del reaprovechamiento de estructuras, materiales y suelo. Con ello se contribuye también de forma significativa a las directrices de la Agenda 2030, concretamente al Objetivo de Desarrollo Sostenible que persigue la transformación de ciudades y asentamientos humanos en espacios inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Este propósito cobra aún más sentido ante el hecho de que para 2030 se prevé que 5.000 millones de personas habitarán los núcleos urbanos, que deberán acoger este aumento poblacional evitando ejercer más presión sobre la tierra y sus recursos. En este sentido, las fórmulas de planificación basadas en la extensión en superficie del parque inmueble y las grandes operaciones de nueva construcción dan paso a tendencias que favorecen la concentración poblacional y el incremento de accesibilidad, seguridad y diversidad de usos en los centros urbanos, en los que el carácter frecuentemente histórico de sus edificios pasa por intervenciones de rehabilitación y actualización en manos de profesionales con conocimientos especializados y sensibilidad hacia el patrimonio construido.
En 2030 unos 5.000 millones de personas habitarán las ciudades, siendo necesaria una importante inversión en la recuperación y actualización de los inmuebles localizados en los centros urbanos. A esta tendencia se le suma la cada vez mayor preocupación por las implicaciones de las características constructivas de las arquitecturas que habitamos en nuestra salud. La bióloga Elisabet Silvestre indica que hoy en día, aunque se perciba de forma menos evidente que en el ambiente externo, existe contaminación en nuestras viviendas y lugares de trabajo. Esta cuestión también entronca con los materiales y sistemas constructivos establecidos desde mediados del S. XX, que no contribuyen a la creación de un ambiente interior saludable con características de temperatura y humedad idóneas, que requieren una mayor climatización del espacio con las consecuentes emisiones al medio externo, o que debido a su origen sintético potencian fenómenos como la transmisión electromagnética de aparatos con los que convivimos diariamente.

En este sentido, los expertos reclaman la importancia de los materiales de construcción tradicionales como la madera, la piedra y los revestimientos basados en revocos de cal, que actúan como disipadores naturales de los campos magnéticos producidos por las instalaciones eléctricas, constituyen elementos transpirables que termorregulan el ambiente y producen un efecto más beneficioso en la salud de las personas. Estos materiales tradicionales deben ser recuperados y restaurados por profesionales especializados, conocedores de los tratamientos, métodos constructivos y oficios artesanos que les son propios y que dan forma a los elementos que componen nuestro patrimonio construido. Los materiales y sistemas constructivos tradicionales actúan de forma beneficiosa tanto en los usuarios como en el entorno. Su ejecución y restauración se vincula a los oficios artesanos que han conformado nuestro patrimonio y requieren conocimiento y técnicas especializadas.
Otro aspecto destacable en la relación entre la rehabilitación de edificios y el medio ambiente, plenamente instaurado en las dinámicas relativas al sector de la construcción, son las intervenciones tendentes a la mejora energética del parque inmueble existente. Según los informes de consumos energéticos del IDAE, más de la mitad del parque de viviendas disponible en nuestro país es anterior a 1980, careciendo de sistemas de aislamiento en cubierta y fachada, generando en su climatización un 16% del consumo total de combustibles en España y un 25% sobre el consumo total de energía eléctrica.

A través de la inversión en la mejora de la envolvente de los edificios existentes, con soluciones que incluyan la incorporación o renovación del aislamiento e impermeabilización de cubierta, la actualización de la fachada mediante un Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) o la instalación de una fachada ventilada, renovación de carpinterías, etc., se consiguen resultados muy positivos tanto en el ahorro del consumo energético como en las emisiones producidas por los edificios. Aspectos beneficiosos tanto para los habitantes y usuarios de estos inmuebles como para el conjunto de la población en la minoración de la huella de las construcciones sobre el medio ambiente. La mejora térmica de la envolvente de nuestros edificios comporta un ahorro significativo en el gasto en consumo energético y la disminución de las emisiones de los inmuebles al entorno.
Debido a la naturaleza de este tipo de trabajos y por principios asociados con nuestros valores, en KALAM nos preocupa especialmente el impacto de nuestras intervenciones tanto en el entorno como en los usuarios, por lo que hemos establecido un compromiso firme en el establecimiento de medidas relacionadas con la seguridad y salud, la calidad y la protección del medio ambiente, a través de sistemas de prevención, calidad y gestión de la organización. Desde nuestra política integrada de gestión basada en los requerimientos de las normas ISO, tenemos como misión y objetivo prioritario garantizar la calidad de las obras ejecutadas, realizando los trabajos con un compromiso con el medio ambiente a través de la mejora continua y actualización de nuestros protocolos, así como la prevención de la contaminación y la seguridad y salud de nuestros trabajadores.

El carácter específico de las obras de rehabilitación y restauración y la adopción de medidas específicas, contribuyen a la conservación del medio ambiente con la disminución de la demanda energética y la mejora del comportamiento térmico de las edificaciones y la recuperación de edificios históricos en el centro de nuestras ciudades. Medidas necesarias para el aumento de la calidad de vida y del confort de los usuarios, potenciar un menor empleo de suelo, la revalorización y actualización de los inmuebles y la reducción de los consumos y facturas de climatización. El equipo de KALAM nos sentimos orgullosos de poder sumar a estas dinámicas sostenibles desde nuestro conocimiento especializado en la intervención en edificios de vivienda, rehabilitación integral y restauración de patrimonio.