Nos sentimos afortunados por haber restaurado todos los bienes muebles y fachadas, en la mayor intervención modernista fuera de Cataluña, monumento engalanado magistralmente por el equipo de los mejores artistas de la escena catalana que acompañaron al gran arquitecto Luis Domènech i Montaner: pinturas de Eduardo Llorens Masdeu y de Tamburini y Dalmau, esculturas de Roig i Solé y Arnau Mascort, cerámicas de Pujol i Bausis o vidrieras de Rigalt y extraordinarios artesanos especialistas de todos los oficios que crearon esta gran obra. Durante dos años ininterrumpidos, recuperamos el vestíbulo principal, artesonados, paraninfo, nártex, escaleras profusamente ornamentadas; pinturas murales, sobre lienzo y madera; dorados, salas nobles, así como las fachadas y el claustro.